lunes, 28 de mayo de 2012

Watch talk: el Marinemaster

También conocido como el "Grand Seiko Diver'', el 6159-7001 fue un modelo de 300 metros de Seiko y estaba equipado con un movimiento automático Seiko Hi Beat 6159A y un bisel indexado. Se fabridó entre 1968 y 1970.
El calibre 6159A a 36.000 bph (10 hertzios, o sea, da diez saltitos por segundo, lo que significa que visualmente parece que el segundero se desliza continuamente), se podia cargar manualmente,y tenia ajuste rapido de fecha.
Pero estas características las tenían muchos relojes que montaban dicha mecánica. Lo que hacía al 6159 de buceo realmente especial era que su movimiento estaba encerrado en una caja de acero inoxidable resistente al agua al que podia accederse desde la parte delantera, tras desmontar el bisel y el cristal.
A eso se le llama "caja monobloque", en su día sólo algunos pocos fabricantes hicieron algo así de especializado, y el ejemplo más claro ha sido, sin duda, el legendario Omega Ploprof 600. Pero de ese a lo mejor hablo otro día.

Trasera de la caja monobloque. Nótese la ausencia de tapa roscada, el grosor sobredimensionado de los pasadores, y la corona que se "mete" en el cuerpo de la caja para protegerse. También se aprecia el biselado o sesgado que lo hace muy cómodo en la muñeca.

El 6159 fue uno de los primeros relojes de buce de 300 metros, lo que los hacía "profesionales". En su día, este era el Seiko más caro, y se vendía al mismo precio que un Rolex Submariner de la época.
Aunque superior en muchos aspectos al Rolex (que sólo aseguraba su estanqueidad hasta 200 metros, por ejemplo), la puntilla para este reloj vino cuando la misma Rolex desarrolló su modelo 1665 poco después, con 610 metros de resistencia.
De todos modos, el Seiko no debe ser subestimado. Fabricado en sólido acero inoxidable, su caja de una pieza era muy grande y gruesa, más que el Sea Dweller, pero no tanto como el Ploprof.

Indices y agujas en oro, esfera resistente a la corrosión: detalles pro.
En el 2005 Seiko puso a la venta una reedición de esta joya, llamada Marinemaster 300. No es el reloj más profesional que tiene Seiko para bucear, para eso están los "Tuna", como varios modelos de diferentes mecánicas y resistentes hasta los 1.000 metros.
El Marine master es una verdadera herramienta, un instrumento perfectamente válido para condiciones duras de trabajo bajo el agua. Pero quiere añadir algo más. Aparte del autohomenaje al 6159 de 40 años atrás, algunos consideran a este Seiko toda una declaración de principios.
Equipado con una joya por calibre, el 8L35, que montan sus hermanos mayores de la gama Grand Seiko, es una mecánica que tiene una gran perfección. Por encima de ella sólo está la tecnología híbrida Spring Drive, de lo que tampoco hablaré hoy, y quizá nunca lo haga.
La búsqueda y captura de un Marinemaster es harto árdua en Hispanistán, ya que este relor no se vende aquí, ni en Europa hasta hace poco. Hoy día ya empieza tímidamente a entrar la gama alta de Seiko en el mercado occidental, y puede adquirirse en algunas boutiques de Francia, Reino Unido y algún otro sitio de centroeuropa.
El principal problema para comprar un Seiko de estos es que el pensamiento habitual suele ser "no me gasto esa cantidad de euros en un Seiko ni loco, para eso me voy a un Omega o un Rolex".
Sí, el Marinemaster no es un reloc barato, ni mucho menos (aunque todo depende de lo que consideremos caro o barato, claro está).

Unos pictogramas para ilustrar este tocho de entrada con mi Marinemaster:

Fiel al diseño de su antecesor, sin duda.

Caja de una pieza: imponente y acojonante. Perfecta.

Detalle de la extensión para traje de buceo, que remata un brazalete cojonudo. El del Rolex Submariner parece de juguete a su lado.
Post scriptum: Hace unos días, durante la romería de El Rocío, coincidí con unos Omegamaníacos, que exhibían sin pudor, uno su Speedmaster (precioso, y además su mujer, que está buenísima dicho sea de paso, tenía otro igual pero tamaño lady), y el otro un Planet Ocean (que, tengo que aclarar, es una pieza que nunca me ha llamado la atención). La comparación con el Planet no debió ocurrir jamás, supuestamente juegan en ligas diferentes... o no tanto. Hay quien paga cuatro mil euros por uno de esos, incluso más según diámetros, materiales y calibres coaxiales de por medio. Pues el nota me lo quería cambiar a pelo.
Joder, el Planet Ocean parecía un reloj barato y débil a su lado. Podría haber sido más delicado en esta apreciación que acabo de hacer, pero es la verdadera impresión que nos causó a los tres.
Por supuesto, le dije que ni de coña.

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